
Columna de opinión escrita por Paola Vasconi, publicada en blog de La Tercera el 21 de abril de 2011.
Día de la Tierra: un poco de historia y reflexión
1. «Este 22 de abril, como todos los años desde 1970 se celebra el Día Mundial de la Tierra. Un día especial que permite crear y ampliar la conciencia ciudadana sobre la necesidad de proteger el patrimonio ambiental mundial. Lo que un día fuera tarea de unos pocos, dedicados principalmente a la conservación, hoy se ha convertido en tarea de muchos preocupados por el entorno en que vivimos. Y es que, a propósito del cambio climático, de la destrucción del patrimonio ambiental local, nacional, regional y mundial, de innumerables episodios de contaminación y/o de conflictos ambientales locales, regionales o mundiales, cada vez más personas se están dando cuenta que de seguir con el modelo de desarrollo actual, que depreda los recursos naturales, que no se preocupa ni protege el patrimonio natural y ambiental de este maravilloso planeta llamado Tierra, se está poniendo en serio riesgo la vida de los seres humanos tal y como hoy la conocemos.
2. Todo partió en 1962 cuando el senador y activista ambiental estadounidense Gaylord Nelson, inició una cruzada para que el tema ambiental formara parte de la agenda gubernamental del presidente Kennedy. La idea fundamental del senador Nelson era llegar a tener un día destinado a la celebración, una gran manifestación popular donde las personas de todos los rincones del país pudieran expresar su preocupación por el manejo que al interior de Estados Unidos se le estaba dando a la temática ambiental. Un día en el país especialmente dedicado a la discusión nacional ambiental.
3. Esta iniciativa vio sus frutos el 22 de abril de 1970, más de veinte millones de personas se movilizaron estableciendo en distintas localidades de Estados Unidos una plataforma de difusión y discusión sobre el medio ambiente y sus principales problemas. Ese mismo año, producto de la presión social, el gobierno de Nixon creó la Agencia de Protección Medio Ambiental (EPA en sus siglas en inglés), entidad dedicada a proteger el medio ambiente y la salud pública. Paralelamente, el Congreso norteamericano promulgó el Acta del Aire Limpio (Clean Air Act) con la finalidad de establecer estándares seguros sobre la calidad del aire y las emisiones de contaminantes.
4. Desde ese 22 de abril 1970, con altos y bajos a lo largo de estas cuatro décadas, el Día de la Tierra se ha internacionalizado convirtiéndose en un momento para evaluar los problemas medioambientales del planeta, como son: la contaminación del aire, agua y suelos; la destrucción de ecosistemas; los cientos de miles de plantas y especies animales amenazadas, y el agotamiento de recursos no renovables. Pero también en un día para proponer y promover las soluciones que permitan paliar y/o eliminar los efectos negativos de las actividades humanas y las políticas que permitan reorientar el llamado desarrollo. En esto, un rol preponderante lo han jugado los movimientos y las organizaciones ambientales a lo largo del mundo, quienes con sus diversas acciones han logrado concientizar a gobiernos y a la sociedad civil sobre la magnitud de los problemas que afectan al medio ambiente a nivel mundial y la necesidad de avanzar hacia un modelo distinto de desarrollo. Un hito importante se alcanzó en 1992, cuando en Río de Janeiro se celebró la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente. De ella emanó la Carta de la Tierra, la Agenda 21, varios convenios y documentos para promover el desarrollo sostenible y el cuidado del medioambiente. Sin embargo, hasta ahora, esto no se ha traducido en una acción decidida por parte de los gobiernos en el sentido de iniciar un proceso que permita cambiar el rumbo, de manera de construir un mundo más justo, seguro, próspero y sostenible.
5. El Día de la Tierra, que empezó en 1970 como un movimiento de protesta, ha evolucionado hacia una celebración global del medio ambiente y de nuestro compromiso con su protección. La historia del Día de la Tierra refleja el crecimiento de la conciencia ambiental en el transcurso del último cuarto de siglo, y el legado del Día de la Tierra es la noción inequívoca de que el medio ambiente hoy día es preocupación de todos».
Columna de opinión de Paola Vasconi, Coordinadora Programa Medio Ambiente de
Fundación Terram, publicada en blog de La Tercera.
¿Cuál es el propósito comunicativo de la autora del texto?
DEMRE / Universidad de Chile (2021). Modelo de Prueba de Comprensión Lectora.
Comprometer a ecologistas con el cuidado de la Tierra.
Problematizar sobre el verdadero origen del Día de la Tierra.
Polemizar acerca de las movilizaciones en los años setenta.
Criticar las políticas medioambientales norteamericanas.
Involucrar al lector con el cuidado del medioambiente.
Columna de opinión escrita por Paola Vasconi, publicada en blog de La Tercera el 21 de abril de 2011.
Día de la Tierra: un poco de historia y reflexión
1. «Este 22 de abril, como todos los años desde 1970 se celebra el Día Mundial de la Tierra. Un día especial que permite crear y ampliar la conciencia ciudadana sobre la necesidad de proteger el patrimonio ambiental mundial. Lo que un día fuera tarea de unos pocos, dedicados principalmente a la conservación, hoy se ha convertido en tarea de muchos preocupados por el entorno en que vivimos. Y es que, a propósito del cambio climático, de la destrucción del patrimonio ambiental local, nacional, regional y mundial, de innumerables episodios de contaminación y/o de conflictos ambientales locales, regionales o mundiales, cada vez más personas se están dando cuenta que de seguir con el modelo de desarrollo actual, que depreda los recursos naturales, que no se preocupa ni protege el patrimonio natural y ambiental de este maravilloso planeta llamado Tierra, se está poniendo en serio riesgo la vida de los seres humanos tal y como hoy la conocemos.
2. Todo partió en 1962 cuando el senador y activista ambiental estadounidense Gaylord Nelson, inició una cruzada para que el tema ambiental formara parte de la agenda gubernamental del presidente Kennedy. La idea fundamental del senador Nelson era llegar a tener un día destinado a la celebración, una gran manifestación popular donde las personas de todos los rincones del país pudieran expresar su preocupación por el manejo que al interior de Estados Unidos se le estaba dando a la temática ambiental. Un día en el país especialmente dedicado a la discusión nacional ambiental.
3. Esta iniciativa vio sus frutos el 22 de abril de 1970, más de veinte millones de personas se movilizaron estableciendo en distintas localidades de Estados Unidos una plataforma de difusión y discusión sobre el medio ambiente y sus principales problemas. Ese mismo año, producto de la presión social, el gobierno de Nixon creó la Agencia de Protección Medio Ambiental (EPA en sus siglas en inglés), entidad dedicada a proteger el medio ambiente y la salud pública. Paralelamente, el Congreso norteamericano promulgó el Acta del Aire Limpio (Clean Air Act) con la finalidad de establecer estándares seguros sobre la calidad del aire y las emisiones de contaminantes.
4. Desde ese 22 de abril 1970, con altos y bajos a lo largo de estas cuatro décadas, el Día de la Tierra se ha internacionalizado convirtiéndose en un momento para evaluar los problemas medioambientales del planeta, como son: la contaminación del aire, agua y suelos; la destrucción de ecosistemas; los cientos de miles de plantas y especies animales amenazadas, y el agotamiento de recursos no renovables. Pero también en un día para proponer y promover las soluciones que permitan paliar y/o eliminar los efectos negativos de las actividades humanas y las políticas que permitan reorientar el llamado desarrollo. En esto, un rol preponderante lo han jugado los movimientos y las organizaciones ambientales a lo largo del mundo, quienes con sus diversas acciones han logrado concientizar a gobiernos y a la sociedad civil sobre la magnitud de los problemas que afectan al medio ambiente a nivel mundial y la necesidad de avanzar hacia un modelo distinto de desarrollo. Un hito importante se alcanzó en 1992, cuando en Río de Janeiro se celebró la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente. De ella emanó la Carta de la Tierra, la Agenda 21, varios convenios y documentos para promover el desarrollo sostenible y el cuidado del medioambiente. Sin embargo, hasta ahora, esto no se ha traducido en una acción decidida por parte de los gobiernos en el sentido de iniciar un proceso que permita cambiar el rumbo, de manera de construir un mundo más justo, seguro, próspero y sostenible.
5. El Día de la Tierra, que empezó en 1970 como un movimiento de protesta, ha evolucionado hacia una celebración global del medio ambiente y de nuestro compromiso con su protección. La historia del Día de la Tierra refleja el crecimiento de la conciencia ambiental en el transcurso del último cuarto de siglo, y el legado del Día de la Tierra es la noción inequívoca de que el medio ambiente hoy día es preocupación de todos».
Columna de opinión de Paola Vasconi, Coordinadora Programa Medio Ambiente de
Fundación Terram, publicada en blog de La Tercera.
A partir de lo expresado en el texto, ¿qué se infiere respecto del tema que aborda?
DEMRE / Universidad de Chile (2021). Modelo de Prueba de Comprensión Lectora.
Que las políticas medioambientales para proteger el planeta son aún insuficientes.
Que los movimientos sociales son responsables de velar por el patrimonio ambiental.
Que el cuidado del entorno es deber exclusivo de los gobiernos del mundo.
Que la celebración del Día de la Tierra conmemora la obra de Gaylord Nelson.
Que la reflexión en torno al Día de la Tierra permanece todavía inconclusa.
Columna de opinión escrita por Paola Vasconi, publicada en blog de La Tercera el 21 de abril de 2011.
Día de la Tierra: un poco de historia y reflexión
1. «Este 22 de abril, como todos los años desde 1970 se celebra el Día Mundial de la Tierra. Un día especial que permite crear y ampliar la conciencia ciudadana sobre la necesidad de proteger el patrimonio ambiental mundial. Lo que un día fuera tarea de unos pocos, dedicados principalmente a la conservación, hoy se ha convertido en tarea de muchos preocupados por el entorno en que vivimos. Y es que, a propósito del cambio climático, de la destrucción del patrimonio ambiental local, nacional, regional y mundial, de innumerables episodios de contaminación y/o de conflictos ambientales locales, regionales o mundiales, cada vez más personas se están dando cuenta que de seguir con el modelo de desarrollo actual, que depreda los recursos naturales, que no se preocupa ni protege el patrimonio natural y ambiental de este maravilloso planeta llamado Tierra, se está poniendo en serio riesgo la vida de los seres humanos tal y como hoy la conocemos.
2. Todo partió en 1962 cuando el senador y activista ambiental estadounidense Gaylord Nelson, inició una cruzada para que el tema ambiental formara parte de la agenda gubernamental del presidente Kennedy. La idea fundamental del senador Nelson era llegar a tener un día destinado a la celebración, una gran manifestación popular donde las personas de todos los rincones del país pudieran expresar su preocupación por el manejo que al interior de Estados Unidos se le estaba dando a la temática ambiental. Un día en el país especialmente dedicado a la discusión nacional ambiental.
3. Esta iniciativa vio sus frutos el 22 de abril de 1970, más de veinte millones de personas se movilizaron estableciendo en distintas localidades de Estados Unidos una plataforma de difusión y discusión sobre el medio ambiente y sus principales problemas. Ese mismo año, producto de la presión social, el gobierno de Nixon creó la Agencia de Protección Medio Ambiental (EPA en sus siglas en inglés), entidad dedicada a proteger el medio ambiente y la salud pública. Paralelamente, el Congreso norteamericano promulgó el Acta del Aire Limpio (Clean Air Act) con la finalidad de establecer estándares seguros sobre la calidad del aire y las emisiones de contaminantes.
4. Desde ese 22 de abril 1970, con altos y bajos a lo largo de estas cuatro décadas, el Día de la Tierra se ha internacionalizado convirtiéndose en un momento para evaluar los problemas medioambientales del planeta, como son: la contaminación del aire, agua y suelos; la destrucción de ecosistemas; los cientos de miles de plantas y especies animales amenazadas, y el agotamiento de recursos no renovables. Pero también en un día para proponer y promover las soluciones que permitan paliar y/o eliminar los efectos negativos de las actividades humanas y las políticas que permitan reorientar el llamado desarrollo. En esto, un rol preponderante lo han jugado los movimientos y las organizaciones ambientales a lo largo del mundo, quienes con sus diversas acciones han logrado concientizar a gobiernos y a la sociedad civil sobre la magnitud de los problemas que afectan al medio ambiente a nivel mundial y la necesidad de avanzar hacia un modelo distinto de desarrollo. Un hito importante se alcanzó en 1992, cuando en Río de Janeiro se celebró la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente. De ella emanó la Carta de la Tierra, la Agenda 21, varios convenios y documentos para promover el desarrollo sostenible y el cuidado del medioambiente. Sin embargo, hasta ahora, esto no se ha traducido en una acción decidida por parte de los gobiernos en el sentido de iniciar un proceso que permita cambiar el rumbo, de manera de construir un mundo más justo, seguro, próspero y sostenible.
5. El Día de la Tierra, que empezó en 1970 como un movimiento de protesta, ha evolucionado hacia una celebración global del medio ambiente y de nuestro compromiso con su protección. La historia del Día de la Tierra refleja el crecimiento de la conciencia ambiental en el transcurso del último cuarto de siglo, y el legado del Día de la Tierra es la noción inequívoca de que el medio ambiente hoy día es preocupación de todos».
Columna de opinión de Paola Vasconi, Coordinadora Programa Medio Ambiente de
Fundación Terram, publicada en blog de La Tercera.
Según lo expresado en el primer párrafo, ¿qué es lo que ha provocado que cada vez más personas tomen conciencia de los problemas ambientales?
DEMRE / Universidad de Chile (2021). Modelo de Prueba de Comprensión Lectora.
La celebración del Día Mundial de la Tierra desde 1970.
El establecimiento de normas por parte de las autoridades.
La necesidad de incrementar el patrimonio ambiental.
Los problemas y conflictos ambientales a nivel mundial.
La convocatoria a conferencias internacionales periódicas.
Fragmento de un cuento escrito por Julio Cortázar, publicado en 1947.
Casa tomada
1. «Nos gustaba la casa porque aparte de espaciosa y antigua (hoy que las casas antiguas sucumben a la más ventajosa liquidación de sus materiales) guardaba los recuerdos de nuestros bisabuelos, el abuelo paterno, nuestros padres y toda la infancia.
2. Nos habituamos Irene y yo a persistir solos en ella, lo que era una locura pues en esa casa podían vivir ocho personas sin estorbarse. Hacíamos la limpieza por la mañana, levantándonos a las siete, y a eso de las once yo le dejaba a Irene las últimas habitaciones por repasar y me iba a la cocina. Almorzábamos al mediodía, siempre puntuales; ya no quedaba nada por hacer fuera de unos platos sucios. Nos resultaba grato almorzar pensando en la casa profunda y silenciosa y cómo nos bastábamos para mantenerla limpia. A veces llegábamos a creer que era ella la que no nos dejó casarnos. Irene rechazó dos pretendientes sin mayor motivo, a mí se me murió María Esther antes que llegáramos a comprometernos. Entramos en los cuarenta años con la inexpresada idea de que el nuestro, simple y silencioso matrimonio de hermanos, era necesaria clausura de la genealogía asentada por nuestros bisabuelos en nuestra casa. Nos moriríamos allí algún día, vagos y esquivos primos se quedarían con la casa y la echarían al suelo para enriquecerse con el terreno y los ladrillos; o mejor, nosotros mismos la voltearíamos justicieramente antes de que fuese demasiado tarde.
3. Irene era una chica nacida para no molestar a nadie. Aparte de su actividad matinal se pasaba el resto del día tejiendo en el sofá de su dormitorio. No sé por qué tejía tanto […] tejía cosas siempre necesarias, tricotas para el invierno, medias para mí, mañanitas y chalecos para ella. A veces tejía un chaleco y después lo destejía en un momento porque algo no le agradaba; era gracioso ver en la canastilla el montón de lana encrespada resistiéndose a perder su forma de algunas horas. Los sábados iba yo al centro a comprarle lana; Irene tenía fe en mi gusto, se complacía con los colores y nunca tuve que devolver madejas. Yo aprovechaba esas salidas para dar una vuelta por las librerías y preguntar vanamente si había novedades en literatura francesa. Desde 1939 no llegaba nada valioso a la Argentina.
4. Pero es de la casa que me interesa hablar, de la casa y de Irene, porque yo no tengo importancia. Me pregunto qué hubiera hecho Irene sin el tejido. Uno puede releer un libro, pero cuando un pullover1 está terminado no se puede repetirlo sin escándalo. Un día encontré el cajón de abajo de la cómoda de alcanfor2 lleno de pañoletas blancas, verdes, lila. Estaban con naftalina, apiladas como en una mercería3; no tuve valor para preguntarle a Irene que pensaba hacer con ellas. No necesitábamos ganarnos la vida, todos los meses llegaba plata de los campos y el dinero aumentaba. Pero a Irene solamente la entretenía el tejido, mostraba una destreza maravillosa y a mí se me iban las horas viéndole las manos como erizos plateados, agujas yendo y viniendo y una o dos canastillas en el suelo donde se agitaban constantemente los ovillos. Era hermoso.
5. Cómo no acordarme de la distribución de la casa. El comedor, una sala con gobelinos4, la biblioteca y tres dormitorios grandes quedaban en la parte más retirada, la que mira hacia Rodríguez Peña. Solamente un pasillo con su maciza puerta de roble aislaba esa parte del ala delantera donde había un baño, la cocina, nuestros dormitorios y el living central, al cual comunicaban los dormitorios y el pasillo. Se entraba a la casa por un zaguán con mayólica, y la puerta cancel5 daba al living. De manera que uno entraba por el zaguán, abría la cancel y pasaba al living; tenía a los lados las puertas de nuestros dormitorios, y al frente el pasillo que conducía a la parte más retirada; avanzando por el pasillo se franqueaba la puerta de roble y más allá empezaba el otro lado de la casa, o bien se podía girar a la izquierda justamente antes de la puerta y seguir por un pasillo más estrecho que llevaba a la cocina y al baño. Cuando la puerta estaba abierta advertía uno que la casa era muy grande; si no, daba la impresión de un departamento de los que se edifican ahora, apenas para moverse; Irene y yo vivíamos siempre en esta parte de la casa, casi nunca íbamos más allá de la puerta de roble, salvo para hacer la limpieza, pues es increíble cómo se junta tierra en los muebles. Buenos Aires será una ciudad limpia, pero eso lo debe a sus habitantes y no a otra cosa. Hay demasiada tierra en el aire, apenas sopla una ráfaga se palpa el polvo en los mármoles de las consolas y entre los rombos de las carpetas de macramé; da trabajo sacarlo bien con plumero, vuela y se suspende en el aire, un momento después se deposita de nuevo en los muebles y los pianos».
Julio Cortázar, Casa tomada (fragmento).
1 Suéter con el cuello redondo que se mete por la cabeza.
2 Árbol de la familia de las lauráceas, de 15 a 20 m de altura, de madera muy compacta. Originario de Japón, China y otros países de Oriente.
3 Mercería: Trato y comercio de cosas menudas y de poco valor o entidad, como alfileres, botones, cintas, etc./ Tienda de artículos de mercería
4 Tapiz tejido en el que se representan paisajes.
5 Puerta ubicada tras la de entrada a la casa, que la separa del pasillo o habitaciones.
¿Por qué en el quinto párrafo el narrador describe la casa?
Porque en el cuarto párrafo
DEMRE / Universidad de Chile (2021). Modelo de Prueba de Comprensión Lectora.
describe la relación con su hermana Irene.
señala que hablar de él no tiene importancia.
menciona las habitaciones donde Irene guarda la ropa tejida.
afirma que le interesa hablar de Irene y de la casa.
describe los muebles que utiliza Irene.
Fragmento de un cuento escrito por Julio Cortázar, publicado en 1947.
Casa tomada
1. «Nos gustaba la casa porque aparte de espaciosa y antigua (hoy que las casas antiguas sucumben a la más ventajosa liquidación de sus materiales) guardaba los recuerdos de nuestros bisabuelos, el abuelo paterno, nuestros padres y toda la infancia.
2. Nos habituamos Irene y yo a persistir solos en ella, lo que era una locura pues en esa casa podían vivir ocho personas sin estorbarse. Hacíamos la limpieza por la mañana, levantándonos a las siete, y a eso de las once yo le dejaba a Irene las últimas habitaciones por repasar y me iba a la cocina. Almorzábamos al mediodía, siempre puntuales; ya no quedaba nada por hacer fuera de unos platos sucios. Nos resultaba grato almorzar pensando en la casa profunda y silenciosa y cómo nos bastábamos para mantenerla limpia. A veces llegábamos a creer que era ella la que no nos dejó casarnos. Irene rechazó dos pretendientes sin mayor motivo, a mí se me murió María Esther antes que llegáramos a comprometernos. Entramos en los cuarenta años con la inexpresada idea de que el nuestro, simple y silencioso matrimonio de hermanos, era necesaria clausura de la genealogía asentada por nuestros bisabuelos en nuestra casa. Nos moriríamos allí algún día, vagos y esquivos primos se quedarían con la casa y la echarían al suelo para enriquecerse con el terreno y los ladrillos; o mejor, nosotros mismos la voltearíamos justicieramente antes de que fuese demasiado tarde.
3. Irene era una chica nacida para no molestar a nadie. Aparte de su actividad matinal se pasaba el resto del día tejiendo en el sofá de su dormitorio. No sé por qué tejía tanto […] tejía cosas siempre necesarias, tricotas para el invierno, medias para mí, mañanitas y chalecos para ella. A veces tejía un chaleco y después lo destejía en un momento porque algo no le agradaba; era gracioso ver en la canastilla el montón de lana encrespada resistiéndose a perder su forma de algunas horas. Los sábados iba yo al centro a comprarle lana; Irene tenía fe en mi gusto, se complacía con los colores y nunca tuve que devolver madejas. Yo aprovechaba esas salidas para dar una vuelta por las librerías y preguntar vanamente si había novedades en literatura francesa. Desde 1939 no llegaba nada valioso a la Argentina.
4. Pero es de la casa que me interesa hablar, de la casa y de Irene, porque yo no tengo importancia. Me pregunto qué hubiera hecho Irene sin el tejido. Uno puede releer un libro, pero cuando un pullover1 está terminado no se puede repetirlo sin escándalo. Un día encontré el cajón de abajo de la cómoda de alcanfor2 lleno de pañoletas blancas, verdes, lila. Estaban con naftalina, apiladas como en una mercería3; no tuve valor para preguntarle a Irene que pensaba hacer con ellas. No necesitábamos ganarnos la vida, todos los meses llegaba plata de los campos y el dinero aumentaba. Pero a Irene solamente la entretenía el tejido, mostraba una destreza maravillosa y a mí se me iban las horas viéndole las manos como erizos plateados, agujas yendo y viniendo y una o dos canastillas en el suelo donde se agitaban constantemente los ovillos. Era hermoso.
5. Cómo no acordarme de la distribución de la casa. El comedor, una sala con gobelinos4, la biblioteca y tres dormitorios grandes quedaban en la parte más retirada, la que mira hacia Rodríguez Peña. Solamente un pasillo con su maciza puerta de roble aislaba esa parte del ala delantera donde había un baño, la cocina, nuestros dormitorios y el living central, al cual comunicaban los dormitorios y el pasillo. Se entraba a la casa por un zaguán con mayólica, y la puerta cancel5 daba al living. De manera que uno entraba por el zaguán, abría la cancel y pasaba al living; tenía a los lados las puertas de nuestros dormitorios, y al frente el pasillo que conducía a la parte más retirada; avanzando por el pasillo se franqueaba la puerta de roble y más allá empezaba el otro lado de la casa, o bien se podía girar a la izquierda justamente antes de la puerta y seguir por un pasillo más estrecho que llevaba a la cocina y al baño. Cuando la puerta estaba abierta advertía uno que la casa era muy grande; si no, daba la impresión de un departamento de los que se edifican ahora, apenas para moverse; Irene y yo vivíamos siempre en esta parte de la casa, casi nunca íbamos más allá de la puerta de roble, salvo para hacer la limpieza, pues es increíble cómo se junta tierra en los muebles. Buenos Aires será una ciudad limpia, pero eso lo debe a sus habitantes y no a otra cosa. Hay demasiada tierra en el aire, apenas sopla una ráfaga se palpa el polvo en los mármoles de las consolas y entre los rombos de las carpetas de macramé; da trabajo sacarlo bien con plumero, vuela y se suspende en el aire, un momento después se deposita de nuevo en los muebles y los pianos».
Julio Cortázar, Casa tomada (fragmento).
1 Suéter con el cuello redondo que se mete por la cabeza.
2 Árbol de la familia de las lauráceas, de 15 a 20 m de altura, de madera muy compacta. Originario de Japón, China y otros países de Oriente.
3 Mercería: Trato y comercio de cosas menudas y de poco valor o entidad, como alfileres, botones, cintas, etc./ Tienda de artículos de mercería
4 Tapiz tejido en el que se representan paisajes.
5 Puerta ubicada tras la de entrada a la casa, que la separa del pasillo o habitaciones.
A partir del relato del narrador, ¿qué simboliza la casa en el relato?
DEMRE / Universidad de Chile (2021). Modelo de Prueba de Comprensión Lectora.
Desarraigo
Tristeza
Desapego
Soledad
Aislamiento