Comprensión Lectora Prueba Modelo DEMRE 2022

Cuestionario Comprensión Lectora Prueba Modelo DEMRE 2022

Preguntas: 65

Compresión Lectora
Provenientes de los Medios Masivos De Comunicación

Artículo de divulgación científica publicado en la sección de Reportajes del periódico La Segunda por D. Pérez el 2018.

LOS MISTERIOS DE LAS BALLENAS

«Los mares ocupan tres cuartas partes del planeta, y representan el 99% del volumen habitable de vida de la Tierra. Entre los cientos de miles de especies que navegan bajo la superficie del mar están los cetáceos, colosales mamíferos que descienden de animales terrestres que volvieron al agua después de vivir millones de años en la superficie. En el mundo existen cerca de 87 especies de cetáceos y 43 de ellas –el 50%– han sido registradas en aguas chilenas. Las bajas temperaturas del océano Pacífico, producto de la corriente de origen antártico, lo transforman en una importante reserva alimentaria, un factor que explica su proliferación.

Específicamente, las ballenas están concentradas en la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt, en Chañaral, y en las costas de la Región de Los Lagos, Aysén, el Archipiélago de Chiloé, Magallanes e incluso en la Antártica. Ahí, científicos de Chile y el mundo se montan en pequeñas embarcaciones en las que durante dos décadas han observado a ballenas azules –el animal más grande del mundo–, jorobadas, Sei, Fin, Minke, entre las que han logrado registrar.

¿Quiénes son y cuáles son las preguntas que buscan responder?

LA LEYENDA DE LAS BLANCAS

El biólogo del Instituto de la Patagonia y la Universidad de Magallanes, Jorge Gibbons, jamás imaginó que los cetáceos que veía en la costa desde su casa en Punta Arenas cuando era un niño se convertirían en su objeto de estudio, a comienzos de los 80. “Empecé observando los delfines de Chañaral junto a Juan Capella, después viajé a Colombia a ver su trabajo con las ballenas jorobadas, volvimos a Chile para seguir buscándolas y desde entonces me sumergí completamente en este mundo, desde la biología y también desde la arqueología”, cuenta.

Si bien su foco estuvo compartido con Capella, […] su interés se ha ampliado a otras especies, como la ballena blanca y Minke, que llamaban especialmente la atención de los pueblos originarios del sur de Chile. “Los cazadores terrestres tenían un conocimiento exquisito y detallado de lo que los biólogos, a lo largo de décadas, hemos ido encontrando en el presente”, dice Gibbons. Por ejemplo, la tradición oral cuenta que el territorio norte de Tierra del Fuego era visitado ocasionalmente por una gran ballena macho, y cuando sucedía, era un gran evento para el pueblo. “Con investigadores argentinos descubrimos que hay una especie de cachalote que varaba allí regularmente. Todos eran machos. Lo que parecía un mito, era información precisa que viene de la observación”, agrega.

La evidencia arqueológica demuestra que los selk’nam conocían a los cetáceos desde siempre. Jorge se emociona con la imagen de Tanu, una representación que este pueblo hacía de la ballena Minke, utilizada en ritos y ceremonias sagradas, con líneas blancas sobre un fondo rojo, muy parecidas a los surcos que tienen estos animales en la parte inferior de sus bocas. “La antropóloga Anne Chapman grabó en los años 60 a Lola Kiepja, una chamana de Tierra del Fuego que usaba cantos para atraer cetáceos a las costas. En períodos de hambruna, la gente pedía que una ballena varara en la tierra y el representante de la comunidad emitía una recreación del canto para confundirlas y atraerlas”, explica.

Por estos días, Gibbons ocupa sus jornadas revisando unas fotografías de ballenas blancas recién llegadas de la Península Valdés, en Argentina, en una latitud similar a la isla de Chiloé. […] Lo interesante de esta investigación es que la población de estos cetáceos se extinguió en Chile debido a la caza. “En Península Valdés se recuperó, pero en la costa Perú-Chile si bien hay avistamientos, no tenemos un sitio de reproducción: los pocos que se han visto vienen desde el Atlántico. Son seres fascinantes e intelectualmente complejos. Los más viejos son capaces de aprender nuevos cantos, que son realmente difíciles. Para ellos la edad no es una limitante, pueden mantener activas sus capacidades cognitivas”, explica.

LOS MISTERIOS DE LOS CANTOS

La británica Susannah Buchan supo cuando era una niña que quería estudiar a las ballenas. Es una pasión que desarrolló en sus vacaciones en Canadá, en la casa de sus abuelos maternos. “Un lugar muy parecido al sur de Chile, con bosques y muchas ballenas”, dice la oceanógrafa, investigadora de la Universidad de Concepción y del Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (Ceaza).

¿Qué le llama la atención de ellas? “Fueron el primer grupo de fauna marina que llevamos al borde de la extinción, y eso me pareció muy impactante. Para mí representan todo lo que es el océano, la magnitud, la potencia, la inteligencia, el misterio”, asegura.

Sin hablar una gota de español, en 2007 Buchan llegó al sur de Chiloé para poner en práctica sus estudios, enfocados en la acústica de las ballenas. […] “Todas las especies suenan distintas, pero dentro de las azules además existen dialectos regionales de la Antártica, Pacífico norte, Nueva Zelanda, océano Índico, California. En Chile, no sabíamos lo que estaban cantando, pero descubrimos a través de la acústica que las ballenas azules acá tienen un dialecto propio, chileno, que se escucha solamente en el Pacífico tropical. Especialmente en la Patagonia, pero también en Galápagos, Juan Fernández y en Chañaral de Aceituno, en la Región de Atacama”, agrega.

Comunicarse con las ballenas, o al menos comprenderlas, es también el sueño de Sonia Español, doctora en biología marina e investigadora asociada de la Fundación Meri. Su inquietud también le apareció desde niña, cuando veía la serie Flipper en televisión. “Me encantaba ver cómo ese delfín se comunicaba con la entrenadora”, cuenta. Desde entonces, su fascinación por los delfines se fue expandiendo y hoy está dedicada a estudiar la comunicación entre ballenas. “Mi doctorado fue en vocalizaciones jorobadas, y cómo podían verse afectadas por el ruido que genera el tráfico marítimo. Por una parte, tenía que estudiar los cantos de esta especie, que nunca se había hecho, y a partir de ahí ver si existía alguna relación con el ruido de las embarcaciones”, explica. Y agrega: “Registramos jorobadas cantando en el Golfo Corcovado, que por ser una zona fría siempre se había creído que era un área de alimentación, pero al estudiar sus cantos surgen nuevas hipótesis, porque los cantos que recogimos se asocian a cortejo, a reproducción, que se supone se da en zonas calientes como Ecuador. Entonces hoy surge la pregunta de por qué están cantando de esa forma ahí”.

Es el ruido de los barcos lo que mantiene a ambas investigadoras en alerta. “El océano es un medio acústico, y en los últimos 100 años hemos inyectado fuentes de sonido ajeno a estos animales. Hoy, ellos viven como si estuvieran en una carretera donde pasan motores todo el rato, y eso produce un estrés e impide escuchar al otro”, dice Susannah Buchan».

Pérez, D. (2018, 17 de agosto). Los misterios de las ballenas. La Segunda.
https://digital.lasegunda.com/2018/08/17/V/RVSV-A-20180817-008

"La antropóloga Anne Chapman grabó en los años 60 a Lola Kiepja, una chamana de Tierra del Fuego que usaba cantos para atraer cetáceos a las costas. En períodos de hambruna, la gente pedía que una ballena varara en la tierra y el representante de la comunidad emitía una recreación del canto para confundirlas y atraerlas".

¿Cuál es la función del fragmento anterior?

DEMRE / Universidad de Chile (2021). Modelo de Prueba de Comprensión Lectora.

A)

Exponer la importancia de las ballenas en la comunidad selk’nam.

B)

Afirmar que los selk´nam lograban sobrevivir gracias a las ballenas.

C)

Ejemplificar los cantos usados por los selk’nam para atraer a las ballenas.

D)

Explicar la implicancia de las ballenas en las ceremonias selk’nam.

Compresión Lectora
Provenientes de los Medios Masivos De Comunicación

Artículo de divulgación científica publicado en la sección de Reportajes del periódico La Segunda por D. Pérez el 2018.

LOS MISTERIOS DE LAS BALLENAS

«Los mares ocupan tres cuartas partes del planeta, y representan el 99% del volumen habitable de vida de la Tierra. Entre los cientos de miles de especies que navegan bajo la superficie del mar están los cetáceos, colosales mamíferos que descienden de animales terrestres que volvieron al agua después de vivir millones de años en la superficie. En el mundo existen cerca de 87 especies de cetáceos y 43 de ellas –el 50%– han sido registradas en aguas chilenas. Las bajas temperaturas del océano Pacífico, producto de la corriente de origen antártico, lo transforman en una importante reserva alimentaria, un factor que explica su proliferación.

Específicamente, las ballenas están concentradas en la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt, en Chañaral, y en las costas de la Región de Los Lagos, Aysén, el Archipiélago de Chiloé, Magallanes e incluso en la Antártica. Ahí, científicos de Chile y el mundo se montan en pequeñas embarcaciones en las que durante dos décadas han observado a ballenas azules –el animal más grande del mundo–, jorobadas, Sei, Fin, Minke, entre las que han logrado registrar.

¿Quiénes son y cuáles son las preguntas que buscan responder?

LA LEYENDA DE LAS BLANCAS

El biólogo del Instituto de la Patagonia y la Universidad de Magallanes, Jorge Gibbons, jamás imaginó que los cetáceos que veía en la costa desde su casa en Punta Arenas cuando era un niño se convertirían en su objeto de estudio, a comienzos de los 80. “Empecé observando los delfines de Chañaral junto a Juan Capella, después viajé a Colombia a ver su trabajo con las ballenas jorobadas, volvimos a Chile para seguir buscándolas y desde entonces me sumergí completamente en este mundo, desde la biología y también desde la arqueología”, cuenta.

Si bien su foco estuvo compartido con Capella, […] su interés se ha ampliado a otras especies, como la ballena blanca y Minke, que llamaban especialmente la atención de los pueblos originarios del sur de Chile. “Los cazadores terrestres tenían un conocimiento exquisito y detallado de lo que los biólogos, a lo largo de décadas, hemos ido encontrando en el presente”, dice Gibbons. Por ejemplo, la tradición oral cuenta que el territorio norte de Tierra del Fuego era visitado ocasionalmente por una gran ballena macho, y cuando sucedía, era un gran evento para el pueblo. “Con investigadores argentinos descubrimos que hay una especie de cachalote que varaba allí regularmente. Todos eran machos. Lo que parecía un mito, era información precisa que viene de la observación”, agrega.

La evidencia arqueológica demuestra que los selk’nam conocían a los cetáceos desde siempre. Jorge se emociona con la imagen de Tanu, una representación que este pueblo hacía de la ballena Minke, utilizada en ritos y ceremonias sagradas, con líneas blancas sobre un fondo rojo, muy parecidas a los surcos que tienen estos animales en la parte inferior de sus bocas. “La antropóloga Anne Chapman grabó en los años 60 a Lola Kiepja, una chamana de Tierra del Fuego que usaba cantos para atraer cetáceos a las costas. En períodos de hambruna, la gente pedía que una ballena varara en la tierra y el representante de la comunidad emitía una recreación del canto para confundirlas y atraerlas”, explica.

Por estos días, Gibbons ocupa sus jornadas revisando unas fotografías de ballenas blancas recién llegadas de la Península Valdés, en Argentina, en una latitud similar a la isla de Chiloé. […] Lo interesante de esta investigación es que la población de estos cetáceos se extinguió en Chile debido a la caza. “En Península Valdés se recuperó, pero en la costa Perú-Chile si bien hay avistamientos, no tenemos un sitio de reproducción: los pocos que se han visto vienen desde el Atlántico. Son seres fascinantes e intelectualmente complejos. Los más viejos son capaces de aprender nuevos cantos, que son realmente difíciles. Para ellos la edad no es una limitante, pueden mantener activas sus capacidades cognitivas”, explica.

LOS MISTERIOS DE LOS CANTOS

La británica Susannah Buchan supo cuando era una niña que quería estudiar a las ballenas. Es una pasión que desarrolló en sus vacaciones en Canadá, en la casa de sus abuelos maternos. “Un lugar muy parecido al sur de Chile, con bosques y muchas ballenas”, dice la oceanógrafa, investigadora de la Universidad de Concepción y del Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (Ceaza).

¿Qué le llama la atención de ellas? “Fueron el primer grupo de fauna marina que llevamos al borde de la extinción, y eso me pareció muy impactante. Para mí representan todo lo que es el océano, la magnitud, la potencia, la inteligencia, el misterio”, asegura.

Sin hablar una gota de español, en 2007 Buchan llegó al sur de Chiloé para poner en práctica sus estudios, enfocados en la acústica de las ballenas. […] “Todas las especies suenan distintas, pero dentro de las azules además existen dialectos regionales de la Antártica, Pacífico norte, Nueva Zelanda, océano Índico, California. En Chile, no sabíamos lo que estaban cantando, pero descubrimos a través de la acústica que las ballenas azules acá tienen un dialecto propio, chileno, que se escucha solamente en el Pacífico tropical. Especialmente en la Patagonia, pero también en Galápagos, Juan Fernández y en Chañaral de Aceituno, en la Región de Atacama”, agrega.

Comunicarse con las ballenas, o al menos comprenderlas, es también el sueño de Sonia Español, doctora en biología marina e investigadora asociada de la Fundación Meri. Su inquietud también le apareció desde niña, cuando veía la serie Flipper en televisión. “Me encantaba ver cómo ese delfín se comunicaba con la entrenadora”, cuenta. Desde entonces, su fascinación por los delfines se fue expandiendo y hoy está dedicada a estudiar la comunicación entre ballenas. “Mi doctorado fue en vocalizaciones jorobadas, y cómo podían verse afectadas por el ruido que genera el tráfico marítimo. Por una parte, tenía que estudiar los cantos de esta especie, que nunca se había hecho, y a partir de ahí ver si existía alguna relación con el ruido de las embarcaciones”, explica. Y agrega: “Registramos jorobadas cantando en el Golfo Corcovado, que por ser una zona fría siempre se había creído que era un área de alimentación, pero al estudiar sus cantos surgen nuevas hipótesis, porque los cantos que recogimos se asocian a cortejo, a reproducción, que se supone se da en zonas calientes como Ecuador. Entonces hoy surge la pregunta de por qué están cantando de esa forma ahí”.

Es el ruido de los barcos lo que mantiene a ambas investigadoras en alerta. “El océano es un medio acústico, y en los últimos 100 años hemos inyectado fuentes de sonido ajeno a estos animales. Hoy, ellos viven como si estuvieran en una carretera donde pasan motores todo el rato, y eso produce un estrés e impide escuchar al otro”, dice Susannah Buchan».

Pérez, D. (2018, 17 de agosto). Los misterios de las ballenas. La Segunda.
https://digital.lasegunda.com/2018/08/17/V/RVSV-A-20180817-008

¿Cuál es el aporte de la arqueología a la investigación de Jorge Gibbons?

DEMRE / Universidad de Chile (2021). Modelo de Prueba de Comprensión Lectora.

A)

Entrega pistas sobre cómo era el comportamiento de las ballenas con los pueblos ancestrales.

B)

Revela el amplio conocimiento que los pueblos originarios tenían sobre la vida de las ballenas.

C)

Prueba que los indígenas del sur de Chile utilizaban técnicas científicas en la observación de las ballenas.

D)

Evidencia que la mitología ancestral es una herramienta confiable en las investigaciones actuales.

Compresión Lectora
Provenientes de los Medios Masivos De Comunicación

Artículo de divulgación científica publicado en la sección de Reportajes del periódico La Segunda por D. Pérez el 2018.

LOS MISTERIOS DE LAS BALLENAS

«Los mares ocupan tres cuartas partes del planeta, y representan el 99% del volumen habitable de vida de la Tierra. Entre los cientos de miles de especies que navegan bajo la superficie del mar están los cetáceos, colosales mamíferos que descienden de animales terrestres que volvieron al agua después de vivir millones de años en la superficie. En el mundo existen cerca de 87 especies de cetáceos y 43 de ellas –el 50%– han sido registradas en aguas chilenas. Las bajas temperaturas del océano Pacífico, producto de la corriente de origen antártico, lo transforman en una importante reserva alimentaria, un factor que explica su proliferación.

Específicamente, las ballenas están concentradas en la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt, en Chañaral, y en las costas de la Región de Los Lagos, Aysén, el Archipiélago de Chiloé, Magallanes e incluso en la Antártica. Ahí, científicos de Chile y el mundo se montan en pequeñas embarcaciones en las que durante dos décadas han observado a ballenas azules –el animal más grande del mundo–, jorobadas, Sei, Fin, Minke, entre las que han logrado registrar.

¿Quiénes son y cuáles son las preguntas que buscan responder?

LA LEYENDA DE LAS BLANCAS

El biólogo del Instituto de la Patagonia y la Universidad de Magallanes, Jorge Gibbons, jamás imaginó que los cetáceos que veía en la costa desde su casa en Punta Arenas cuando era un niño se convertirían en su objeto de estudio, a comienzos de los 80. “Empecé observando los delfines de Chañaral junto a Juan Capella, después viajé a Colombia a ver su trabajo con las ballenas jorobadas, volvimos a Chile para seguir buscándolas y desde entonces me sumergí completamente en este mundo, desde la biología y también desde la arqueología”, cuenta.

Si bien su foco estuvo compartido con Capella, […] su interés se ha ampliado a otras especies, como la ballena blanca y Minke, que llamaban especialmente la atención de los pueblos originarios del sur de Chile. “Los cazadores terrestres tenían un conocimiento exquisito y detallado de lo que los biólogos, a lo largo de décadas, hemos ido encontrando en el presente”, dice Gibbons. Por ejemplo, la tradición oral cuenta que el territorio norte de Tierra del Fuego era visitado ocasionalmente por una gran ballena macho, y cuando sucedía, era un gran evento para el pueblo. “Con investigadores argentinos descubrimos que hay una especie de cachalote que varaba allí regularmente. Todos eran machos. Lo que parecía un mito, era información precisa que viene de la observación”, agrega.

La evidencia arqueológica demuestra que los selk’nam conocían a los cetáceos desde siempre. Jorge se emociona con la imagen de Tanu, una representación que este pueblo hacía de la ballena Minke, utilizada en ritos y ceremonias sagradas, con líneas blancas sobre un fondo rojo, muy parecidas a los surcos que tienen estos animales en la parte inferior de sus bocas. “La antropóloga Anne Chapman grabó en los años 60 a Lola Kiepja, una chamana de Tierra del Fuego que usaba cantos para atraer cetáceos a las costas. En períodos de hambruna, la gente pedía que una ballena varara en la tierra y el representante de la comunidad emitía una recreación del canto para confundirlas y atraerlas”, explica.

Por estos días, Gibbons ocupa sus jornadas revisando unas fotografías de ballenas blancas recién llegadas de la Península Valdés, en Argentina, en una latitud similar a la isla de Chiloé. […] Lo interesante de esta investigación es que la población de estos cetáceos se extinguió en Chile debido a la caza. “En Península Valdés se recuperó, pero en la costa Perú-Chile si bien hay avistamientos, no tenemos un sitio de reproducción: los pocos que se han visto vienen desde el Atlántico. Son seres fascinantes e intelectualmente complejos. Los más viejos son capaces de aprender nuevos cantos, que son realmente difíciles. Para ellos la edad no es una limitante, pueden mantener activas sus capacidades cognitivas”, explica.

LOS MISTERIOS DE LOS CANTOS

La británica Susannah Buchan supo cuando era una niña que quería estudiar a las ballenas. Es una pasión que desarrolló en sus vacaciones en Canadá, en la casa de sus abuelos maternos. “Un lugar muy parecido al sur de Chile, con bosques y muchas ballenas”, dice la oceanógrafa, investigadora de la Universidad de Concepción y del Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (Ceaza).

¿Qué le llama la atención de ellas? “Fueron el primer grupo de fauna marina que llevamos al borde de la extinción, y eso me pareció muy impactante. Para mí representan todo lo que es el océano, la magnitud, la potencia, la inteligencia, el misterio”, asegura.

Sin hablar una gota de español, en 2007 Buchan llegó al sur de Chiloé para poner en práctica sus estudios, enfocados en la acústica de las ballenas. […] “Todas las especies suenan distintas, pero dentro de las azules además existen dialectos regionales de la Antártica, Pacífico norte, Nueva Zelanda, océano Índico, California. En Chile, no sabíamos lo que estaban cantando, pero descubrimos a través de la acústica que las ballenas azules acá tienen un dialecto propio, chileno, que se escucha solamente en el Pacífico tropical. Especialmente en la Patagonia, pero también en Galápagos, Juan Fernández y en Chañaral de Aceituno, en la Región de Atacama”, agrega.

Comunicarse con las ballenas, o al menos comprenderlas, es también el sueño de Sonia Español, doctora en biología marina e investigadora asociada de la Fundación Meri. Su inquietud también le apareció desde niña, cuando veía la serie Flipper en televisión. “Me encantaba ver cómo ese delfín se comunicaba con la entrenadora”, cuenta. Desde entonces, su fascinación por los delfines se fue expandiendo y hoy está dedicada a estudiar la comunicación entre ballenas. “Mi doctorado fue en vocalizaciones jorobadas, y cómo podían verse afectadas por el ruido que genera el tráfico marítimo. Por una parte, tenía que estudiar los cantos de esta especie, que nunca se había hecho, y a partir de ahí ver si existía alguna relación con el ruido de las embarcaciones”, explica. Y agrega: “Registramos jorobadas cantando en el Golfo Corcovado, que por ser una zona fría siempre se había creído que era un área de alimentación, pero al estudiar sus cantos surgen nuevas hipótesis, porque los cantos que recogimos se asocian a cortejo, a reproducción, que se supone se da en zonas calientes como Ecuador. Entonces hoy surge la pregunta de por qué están cantando de esa forma ahí”.

Es el ruido de los barcos lo que mantiene a ambas investigadoras en alerta. “El océano es un medio acústico, y en los últimos 100 años hemos inyectado fuentes de sonido ajeno a estos animales. Hoy, ellos viven como si estuvieran en una carretera donde pasan motores todo el rato, y eso produce un estrés e impide escuchar al otro”, dice Susannah Buchan».

Pérez, D. (2018, 17 de agosto). Los misterios de las ballenas. La Segunda.
https://digital.lasegunda.com/2018/08/17/V/RVSV-A-20180817-008

¿Por qué diversas especies de cetáceos llegan a las costas chilenas?

DEMRE / Universidad de Chile (2021). Modelo de Prueba de Comprensión Lectora.

A)

Porque existen reservas en donde pueden navegar de forma segura.

B)

Porque las aguas frías contienen una fuente abundante de alimento.

C)

Porque sus cantos indican que el océano Pacífico es un sitio de reproducción.

D)

Porque poseen vínculos ancestrales con comunidades costeras originarias.

Compresión Lectora
Provenientes de los Medios Masivos De Comunicación

Artículo de divulgación científica publicado en la sección de Reportajes del periódico La Segunda por D. Pérez el 2018.

LOS MISTERIOS DE LAS BALLENAS

«Los mares ocupan tres cuartas partes del planeta, y representan el 99% del volumen habitable de vida de la Tierra. Entre los cientos de miles de especies que navegan bajo la superficie del mar están los cetáceos, colosales mamíferos que descienden de animales terrestres que volvieron al agua después de vivir millones de años en la superficie. En el mundo existen cerca de 87 especies de cetáceos y 43 de ellas –el 50%– han sido registradas en aguas chilenas. Las bajas temperaturas del océano Pacífico, producto de la corriente de origen antártico, lo transforman en una importante reserva alimentaria, un factor que explica su proliferación.

Específicamente, las ballenas están concentradas en la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt, en Chañaral, y en las costas de la Región de Los Lagos, Aysén, el Archipiélago de Chiloé, Magallanes e incluso en la Antártica. Ahí, científicos de Chile y el mundo se montan en pequeñas embarcaciones en las que durante dos décadas han observado a ballenas azules –el animal más grande del mundo–, jorobadas, Sei, Fin, Minke, entre las que han logrado registrar.

¿Quiénes son y cuáles son las preguntas que buscan responder?

LA LEYENDA DE LAS BLANCAS

El biólogo del Instituto de la Patagonia y la Universidad de Magallanes, Jorge Gibbons, jamás imaginó que los cetáceos que veía en la costa desde su casa en Punta Arenas cuando era un niño se convertirían en su objeto de estudio, a comienzos de los 80. “Empecé observando los delfines de Chañaral junto a Juan Capella, después viajé a Colombia a ver su trabajo con las ballenas jorobadas, volvimos a Chile para seguir buscándolas y desde entonces me sumergí completamente en este mundo, desde la biología y también desde la arqueología”, cuenta.

Si bien su foco estuvo compartido con Capella, […] su interés se ha ampliado a otras especies, como la ballena blanca y Minke, que llamaban especialmente la atención de los pueblos originarios del sur de Chile. “Los cazadores terrestres tenían un conocimiento exquisito y detallado de lo que los biólogos, a lo largo de décadas, hemos ido encontrando en el presente”, dice Gibbons. Por ejemplo, la tradición oral cuenta que el territorio norte de Tierra del Fuego era visitado ocasionalmente por una gran ballena macho, y cuando sucedía, era un gran evento para el pueblo. “Con investigadores argentinos descubrimos que hay una especie de cachalote que varaba allí regularmente. Todos eran machos. Lo que parecía un mito, era información precisa que viene de la observación”, agrega.

La evidencia arqueológica demuestra que los selk’nam conocían a los cetáceos desde siempre. Jorge se emociona con la imagen de Tanu, una representación que este pueblo hacía de la ballena Minke, utilizada en ritos y ceremonias sagradas, con líneas blancas sobre un fondo rojo, muy parecidas a los surcos que tienen estos animales en la parte inferior de sus bocas. “La antropóloga Anne Chapman grabó en los años 60 a Lola Kiepja, una chamana de Tierra del Fuego que usaba cantos para atraer cetáceos a las costas. En períodos de hambruna, la gente pedía que una ballena varara en la tierra y el representante de la comunidad emitía una recreación del canto para confundirlas y atraerlas”, explica.

Por estos días, Gibbons ocupa sus jornadas revisando unas fotografías de ballenas blancas recién llegadas de la Península Valdés, en Argentina, en una latitud similar a la isla de Chiloé. […] Lo interesante de esta investigación es que la población de estos cetáceos se extinguió en Chile debido a la caza. “En Península Valdés se recuperó, pero en la costa Perú-Chile si bien hay avistamientos, no tenemos un sitio de reproducción: los pocos que se han visto vienen desde el Atlántico. Son seres fascinantes e intelectualmente complejos. Los más viejos son capaces de aprender nuevos cantos, que son realmente difíciles. Para ellos la edad no es una limitante, pueden mantener activas sus capacidades cognitivas”, explica.

LOS MISTERIOS DE LOS CANTOS

La británica Susannah Buchan supo cuando era una niña que quería estudiar a las ballenas. Es una pasión que desarrolló en sus vacaciones en Canadá, en la casa de sus abuelos maternos. “Un lugar muy parecido al sur de Chile, con bosques y muchas ballenas”, dice la oceanógrafa, investigadora de la Universidad de Concepción y del Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (Ceaza).

¿Qué le llama la atención de ellas? “Fueron el primer grupo de fauna marina que llevamos al borde de la extinción, y eso me pareció muy impactante. Para mí representan todo lo que es el océano, la magnitud, la potencia, la inteligencia, el misterio”, asegura.

Sin hablar una gota de español, en 2007 Buchan llegó al sur de Chiloé para poner en práctica sus estudios, enfocados en la acústica de las ballenas. […] “Todas las especies suenan distintas, pero dentro de las azules además existen dialectos regionales de la Antártica, Pacífico norte, Nueva Zelanda, océano Índico, California. En Chile, no sabíamos lo que estaban cantando, pero descubrimos a través de la acústica que las ballenas azules acá tienen un dialecto propio, chileno, que se escucha solamente en el Pacífico tropical. Especialmente en la Patagonia, pero también en Galápagos, Juan Fernández y en Chañaral de Aceituno, en la Región de Atacama”, agrega.

Comunicarse con las ballenas, o al menos comprenderlas, es también el sueño de Sonia Español, doctora en biología marina e investigadora asociada de la Fundación Meri. Su inquietud también le apareció desde niña, cuando veía la serie Flipper en televisión. “Me encantaba ver cómo ese delfín se comunicaba con la entrenadora”, cuenta. Desde entonces, su fascinación por los delfines se fue expandiendo y hoy está dedicada a estudiar la comunicación entre ballenas. “Mi doctorado fue en vocalizaciones jorobadas, y cómo podían verse afectadas por el ruido que genera el tráfico marítimo. Por una parte, tenía que estudiar los cantos de esta especie, que nunca se había hecho, y a partir de ahí ver si existía alguna relación con el ruido de las embarcaciones”, explica. Y agrega: “Registramos jorobadas cantando en el Golfo Corcovado, que por ser una zona fría siempre se había creído que era un área de alimentación, pero al estudiar sus cantos surgen nuevas hipótesis, porque los cantos que recogimos se asocian a cortejo, a reproducción, que se supone se da en zonas calientes como Ecuador. Entonces hoy surge la pregunta de por qué están cantando de esa forma ahí”.

Es el ruido de los barcos lo que mantiene a ambas investigadoras en alerta. “El océano es un medio acústico, y en los últimos 100 años hemos inyectado fuentes de sonido ajeno a estos animales. Hoy, ellos viven como si estuvieran en una carretera donde pasan motores todo el rato, y eso produce un estrés e impide escuchar al otro”, dice Susannah Buchan».

Pérez, D. (2018, 17 de agosto). Los misterios de las ballenas. La Segunda.
https://digital.lasegunda.com/2018/08/17/V/RVSV-A-20180817-008

¿Qué función cumplen las secciones “LA LEYENDA DE LAS BLANCAS” y “LOS MISTERIOS DE LOS CANTOS”?

DEMRE / Universidad de Chile (2021). Modelo de Prueba de Comprensión Lectora.

A)

La primera sección habla sobre los descubrimientos más antiguos; la segunda, sobre los más nuevos.

B)

La primera sección menciona estudios en el océano Atlántico; la segundamenciona estudios en el océano Pacífico.

C)

La primera sección muestra antecedentes culturales; la segunda, estudios recientes sobre comunicación.

D)

La primera sección presenta la investigación de científicos nacionales; la segunda, de los científicos internacionales.

Compresión Lectora
No Literarios

Fragmento del libro La ciencia. Su método y su filosofía de Mario Bunge, publicado en 1959.

1. «Apenas se discute ya que la ciencia es lo que distingue la cultura contemporánea de las anteriores. No solo es el fundamento de la tecnología que está dando una fisonomía inconfundible a nuestra cultura material, sino que de continuo absorbe disciplinas que otrora fueron artísticas y filosóficas: ayer, la antropología, la psicología y la economía; hoy, la sociología y la historia; mañana, quizá, la estética y la ética. Además, la concepción del mundo del hombre contemporáneo se funda, en medida creciente, sobre los resultados de la ciencia: el dato reemplaza al mito, la teoría a la fantasía, la predicción a la profecía. La cultura social y la personal se tornan, en suma, cada vez más científicas. Hace un siglo, quien ignoraba La Ilíada era tildado de ignorante. Hoy lo es, con igual justicia, quien ignora los rudimentos de la física, de la biología, de la economía y de las ciencias formales. Con razón, porque estas disciplinas nos ayudan mejor que Homero a desenvolvernos en la vida moderna; y no solo son más útiles, sino que también son intelectualmente más ricas.

2. Semejante actitud no implica desdén para con las artes y las llamadas humanidades; no significa que sea digno de admiración el especialista que permanece insensible a la belleza o que menosprecia la investigación filológica. Lo criticable es que, en el siglo de los mayores avances sociales y de la energía nuclear, se siga sosteniendo que la literatura y la crítica literaria deben seguir siendo el eje de la cultura o por lo menos la base de la formación cultural. Modernicemos el concepto de humanidades y equilibremos los diversos ingredientes de la educación, ofreciendo las posibilidades de una educación integral y actual. Si la vida no es ni debe ser puro goce, y si la cultura no es ni debe limitarse a ser comentario de textos, entonces es preciso que renovemos las ideas acerca del lugar que deben desempeñar las artes y las humanidades en la educación moderna. Sostener que el goce estético y la educación para refinarlo deben ocupar un lugar más importante que la búsqueda de la verdad, de la utilidad y del bien social, no es hoy signo de cultura refinada, sino de incultura, de egoísmo, de frivolidad propia de salones victorianos.

3. ¿Cómo es posible seguir sosteniendo que la ciencia y la filosofía de la ciencia son áridas, inhumanas o deshumanizadas, siendo por ello preciso dulcificarlas y dignificarlas mediante una dosis de las llamadas humanidades? ¿Acaso las teorías científicas y metacientíficas se encuentran en la naturaleza, para que pueda tildárselas de inhumanas? ¿No son acaso creaciones humanas, que suelen costar un esfuerzo de imaginación y de concepción mayor que la mayoría de las obras literarias y de crítica literaria? ¿Acaso las obras científicas y metacientíficas no emplean, además de elementos sensibles y del lenguaje diario, almacenes de experiencias, instrumentales conceptuales y lenguajes enormemente más ricos que los que usa el escritor? Consúltese cualquier revista científica y se advertirá cuán ardorosa —aunque controlada— es la imaginación requerida para inventar una teoría, o para hacer un cálculo aproximado, o para diseñar un instrumento. Solo cree que la ciencia es pobre en concepto y en imágenes, y que la investigación científica carece de poesía, quien tiene pobres informaciones acerca de la vida de la ciencia. Junto con la filosofía, ella constituye la más rica creación del espíritu. ¿Por qué, entonces, oponer las humanidades a las ciencias, como si estas fuesen menos humanas que aquellas, y como si no fuesen precisamente las ciencias las que alcanzan el conocimiento más profundo y adecuado del hombre? Dígase más bien que las ciencias y las llamadas humanidades no son antagónicas sino complementarias, aun reconociendo que en la época contemporánea el centro de la cultura se desplaza de las humanidades a las ciencias.

4. ¿Cómo lograr eficazmente la integración de la ciencia y de las humanidades en la enseñanza universitaria? La solución que suele ofrecerse en algunos países consiste en agregar trabajos de laboratorio al plan de estudios de las humanidades, y literatura al plan de estudios de ciencia. No debe asombrar que esta solución sumista fracase: lo que se agrega se considera materia "blanda", que se tolera y estudia a desgano, sin que deje rastros. No se logra una reorientación de los estudios universitarios y de la mentalidad de los estudiantes con el mero agregado de cursos. Si lo que se busca es una síntesis, debe ensayarse una solución integradora y no aditiva. ¿Por qué no ensayar el cultivo de una actitud filosófica en las ciencias naturales y sociales, y de una actitud científica en la filosofía y en las llamadas humanidades? No hay por qué buscar la ciencia fuera de las humanidades, cuando lo que se requiere es encararlas en forma científica; ni hay por qué buscar la filosofía fuera de la ciencia, cuando se sabe que esta posee sustancia filosófica.»

Mario Bunge. La ciencia. Su método y su filosofía (fragmento).

¿Qué afirma el autor sobre la ciencia en el texto?

I. Es distintiva de la cultura contemporánea. 
II. Requiere del uso de la imaginación. 
III. Es antagónica a las Humanidades.

A)

Solo I

B)

Solo II

C)

Solo III

D)

Solo I y II

E)

I, II y III